Esta semana en la Escuela de Palabra hemos trabajado la festividad de Cristo Rey, a mi esta festividad me cuesta entenderla, porque no veo a Jesús como un rey y es lógico porque cuando me pongo a pensar en reyes a lo largo de la historia nada tienen que ver con Jesús.
Pero Magdalena me dio otra mirada:
“El reinado de Dios es un reinado de gestos. Es un reinado de detalles, de acoger, de valorar a una persona, de darle dignidad. Son esos gestos que no salen en los periódicos o en la televisión.
Jesús es atrevido, calla cuando tiene que callar, y habla cuando tiene que hablar. Pero en el momento que peor está, cuando está preso, es cuando dice que es rey, que ironía. Y lo dice con firmeza, pero no con altivez.
Durante su vida no hizo otra cosa más que gobernar, más que servir, más que acoger. Pero la manera de gobernar de Jesús es muy difícil de entender, ¿por qué cómo entendemos que gobernar es servir?
Y nos lo dijo continuamente, yo soy la luz, yo soy la vid, yo soy el camino, yo soy el rey, pero nos cambia el chip y hasta hoy no ha habido ningún reinado que pueda compararse con el reino, que es el que todos deseamos, en el que nos podamos respetar, en el que nos podamos valorar ... Este es el reino de Dios.
Hasta ahora los reinos que conocemos son de escándalos, donde se enriquecen unos y se empobrecen otros, donde unos se ahogan, donde nos dicen que para ser feliz tenemos que comprar, tener.
Una sociedad de consumo que no nos deja pensar, que enseguida nos da lo siguiente a consumir, por eso hay tantas personas que les da miedo el silencio, personas que tienen que tener las agendas llenas porque tienen pánico al silencio.
Jesús nos dejó unas pautas revolucionarias.
La fe no cambia la situación que vivimos pero cambia la manera de ver la situación”
Y yo miro al mundo y lo veo imposible de cambiar, pero entonces con ojos pequeños miro mi mundo, el de mi alrededor, el de mi familia, mis amigos, las personas que me cruzo todos los días y pienso ¿puede ser este mi reino?, ¿puedo ver y tener en el pequeños gestos?, yo creo que sí, ¿y tú?.
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