jueves, 7 de noviembre de 2013

Caminando en tu Palabra

Canción:  Señor, Quiero Caminar

Salmo 119,14 “Mi alegría es el camino de tu Palabra más que todas las riquezas

 Deseamos que sea la Palabra la que ilumine nuestra vida, que le dé un sentido a todo lo que hacemos. La importancia de orar con la Palabra nos hace entender que no es una Palabra muerta.
Antes del Vaticano II la Biblia para nosotros era un libro separado de nuestra vida, era un libro de historia que poco decía a nuestra vida. Ha sido un gran acierto del Vaticano II el devolvernos la Biblia, además, nos hizo entender que la Biblia sólo tiene sentido si es para toda la historia de la salvación, incluida nuestra vida, siendo luz en nuestra propia vida.
La vida necesita ir a buscar luz de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios carga nuestra vida de VIDA, nos ilumina, nos es referencia. En el Verbum Dei esto siempre ha estado presente. La Palabra, que es un Dios que me conoce, me da orientación de como vivir, no es una varita mágica que nos quita el problema o la preocupación pero sí nos ayuda a vivir las situaciones.

Salmo 119,9 “¿Cómo el joven vivirá tu camino? Observando tu Palabra.” Caminando en tu Palabra vamos teniendo la orientación que necesitamos. La Palabra tiene dinamismo, hay que vivirla, no solo saberla, hay que caminar en esta dinámica, la fe es vida, es una manera de estar, y esto es lo que debemos comunicar. La fe no es cumplir preceptos, es una forma de estar en la vida. Si yo voy el domingo a misa y lo que escucho no lo vivo, solo cumplo con el precepto. Por ejemplo si escuchamos en el evangelio  Lc 19,5 “Zaqueo baja que hoy me quiero quedar en tu casa.” Leerlo así: Señor, ¿hoy quieres venir conmigo?. Nos ayuda a caminar.
Señor mi camino contigo todo lo que he vivido mejor o peor, lo que he luchado mejor o peor, lo que he sufrido mejor o peor, tiene otra dimensión, tiene otro color si es contigo.
Porque Dios nos ama mucho, nos ama siempre, nos ama bien y nos ama porque nos conoce, tengo la certeza de que lo que me dice en su Palabra es por mi bien. Podemos estar seguro de que nada de lo que Jesús dice es para fastidiarnos, aunque a veces no lo entendamos, poder decir: yo no te entiendo aunque se que es por mi bien, por esta certeza te hago caso. Pidamos a Dios la experiencia de que su Palabra sea guía. Señor y si mínimamente entendiera que todo lo que me dices no es para hacerte un favor a ti, sino que es por mi bien.
Tenemos que hacer la experiencia de caminar y de dialogar, sino la Palabra de Dios es teórica. Hay cosas que si no se hacen no se entienden, y se entienden cuando se viven. Cuando vivamos la Palabra entenderemos que la Palabra ilumina.

Señor ayúdame a caminar contigo, que llegue un momento que tu Palabra sea mi guía, sea mi paz ...
En la medida que lo sentimos, que hacemos la experiencia de caminar y de dialogar, nos sentiremos menos solos. En la soledad estaremos acompañados. Si aprendiéramos a pasar del monólogo al diálogo, llegaría un momento que sería luz de mi vida, luz de mi oscuridad. La Palabra ya no está fuera de mi, está dentro de mi, carne de mi carne, llega un momento que no se puede separar, nos da fuerza para continuar.
La lectura orante de la Palabra de Dios, nos ayuda a hacer una vida orante.

El desafío de hoy: Señor enséñame a caminar contigo. Tu Palabra es luz para mis pasos, lámparas para mis pies. Porque la vida es camino, porque la fe es una manera de estar en la vida.
Preguntarnos: ¿Quién es mi camino?, ¿con quién camino?, ¿cómo camino?.  

Señor yo no se hacerlo pero enséñame a caminar.
 

domingo, 3 de noviembre de 2013

Por tu amor dame vida

Salmo 139: “ Señor, tú me escrutas y conoces; sabes cuándo me siento y cuándo me levanto, mi pensamiento calas desde lejos; esté yo en camino o acostado, tú lo adviertes, familiares te son todas mis sendas. Continuamos con todo lo del amor que en el fondo nos construye.

Jer 1,5: “Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado

Esta semana Magdalena nos sigue formando en el amor, que es en el fondo lo que nos construye.

Salmo 119,88 “Por tu amor dame la vida.” Cuando el salmista dice esto ya tiene la experiencia de que ha sido amado. Delante de este amor paramos esta semana y dejamos que nuestro corazón acoja este amor. Por tu amor, amor que ama mucho, amor que ama siempre, amor que ama bien. El salmista le grita a Dios porque sabe que le ama así, él ya lo ha vivido.
Desde la fe esta es la respuesta: yo soy amado así, porque también soy conocido, tal y como soy. Necesitamos ser amados con esta cualidad, porque somos conocidos. Esto nos hace dar pasos cualitativos en la fe. Demasiadas veces hemos de disimular para ser amados, para no ser rechazados, nos mostramos de una forma que no somos. Por nuestra experiencia vivida preferimos no mostrar lo que hay en el corazón. No mostramos las heridas, ni nuestros bloqueos, disimulamos porque pensamos que si los mostramos el otro se asusta. Pero llega un momento que estamos cansados de disimular, parece que porque tenemos fe tenemos que disimular, parece que tenemos que ser como superman. Ponemos una cara en el trabajo, otra cara con los hijos, otra cara con la pareja ... Y otra cuando estamos solos.
Sin embargo delante del Señor nos podemos mostrar tal y como somos. Tenemos que hacer esta experiencia delante de Dios, porque Dios ama lo que hay. Delante de Él puedo abrir lo que no abro a nadie. Él no solo no se asusta, sino que es el motivo por el que nos ama. Cuanto más herida, cuanto más bloqueo, más se arranca la ternura en Dios. A diferencia de nosotros que al conocer a alguien complicado, somos capaces de decirle tú por tu lado y yo por el mío porque no nos queremos complicar.
Él es el que nos conoce bien, bien, bien. Nosotros abrimos a los demás lo que creemos que podemos decir, pero a Dios se lo podemos decir todo.
Señor que bonito es que yo pueda venir delante de ti a mostrarte lo que me conozco y lo que no me conozco. Sin tener que disimular, sin tener que esconder, al revés para que tu misericordia me pueda amar, me pueda curar.
Cuando los demás tocan, a veces hieren, pero cuando Dios toca cura. Desde la fe acabamos amados y transformados. El Señor nos dice, no disimules yo se que te ha costado, no disimules yo se que estas triste. A veces nos dice, no hace falta que hables yo sé lo que te pasa. Voy sin palabras y me entiende.
Por tu amor dame vida porque lo que me hace vivir es ser amado así. La vida es más que respirar. Este amor me da la vida.

Santa Teresita del Niño Jesús dijo “Sí, estoy segura de que, aunque tuviera sobre mi conciencia todos los  pecados que pueden cometerse, iría, con el corazón roto de arrepentimiento, a echarme en los brazos de Jesús, pues sé cómo ama al hijo pródigo que vuelve a  él” Dios nos acoge como estamos, no como nos gustaría estar. Así debió experimentarlo Jesús, sentirse amado así le hizo llamar a Dios Abba.
Dios no se escandaliza de mi, y por eso nosotros no debemos escandalizarnos de los otros. El amor de Dios no me cierra, si no que me abre al otro.
Jaime Bonet decía “No hay gente mala, hay gente ignorante. Gente que hace el mal porque no ha conocido el amor de Dios”. Fruto de este contacto con Dios Padre, podremos decir yo no me escandalizo de nadie y amo con un amor misericordioso. Ya que Dios no se escandaliza de mis miserias.
Canción Dame Vida. Brotes de Olivo.
“Mi Señor, de mis enemigos líbrame.
 En Ti me refugio,
enséñame a cumplir tu voluntad.
Porque Tú eres mi Dios, ¡mi Dios
Tu Espíritu que es bueno me guíe
por una tierra llana. (bis)

DAME VIDA, DAME LA VIDA,
DAME TU VIDA, ¡MI DIOS! (bis)

Mi Señor,
siente cómo me falta el aliento,
no escondas tu rostro,
si lo alejas de mí me moriría.
Haz que siente en la mañana tu amor.
Enséñame el camino a seguir,
a ti levanto mi alma.

ENSÉÑAME TU TIERRA,
GUÍAME A TU TIERRA,
LLÉVAME A TU TIERRA, SEÑOR. (bis)

DAME VIDA…

lunes, 28 de octubre de 2013

Dios Nos Ama Bien


Col 2, 6-8 “Por tanto, ya que habéis aceptado a Cristo Jesús, el Señor, proceded unidos a él, arraigados y edificados en él, afianzados en la fe que os
enseñaron, y rebosando agradecimiento. Cuidado con que nadie os envuelva con teorías y con vanas seducciones de tradición humana, fundadas en los elementos del mundo y no en Cristo


Salmo 119,76: “Que tu amor sea mi consuelo según la promesa hecha a tu siervo” Me de suelo, esta capacidad de arraigarnos, como los árboles que en la medida que hay viento sus raíces se van fortaleciendo, pero de vez en cuando la tormenta es necesaria para que se aprenda a arraigar. No siempre lo que pedimos es lo que nos conviene, y el Señor que nos ama, nos ayuda a ver que lo que nos pasa, incluso las cosas que nos pasan que no son por voluntad de Dios,  las podemos usar para enraizarnos en la fe, enraizarnos en la madurez.
La experiencia del salmista de que Dios lo ama. Y como hemos visto el amor de Dios es un amor que ama siempre, que no depende de las circunstancias, y que ama mucho, hasta el extremo. Esto es lo que deseamos, y estamos en camino. Así es como nos convendría amar, pero amar así no se consigue de un momento a otro, esto es camino, son etapas.

Además de que Dios nos ama siempre y de que Dios nos ama mucho, Dios ama bien, esto es difícil de entender, porque que ama mucho y que ama siempre de alguna manera lo hemos escuchado. Pero que ama bien no lo hemos escuchado. Se habla mucho de amar pero no basta amar, es necesario amar, y hay que aprender a amar bien. Y esto sí que es un aprendizaje. Nos cuesta amar bien porque nosotros mismos no hemos sido amados bien. ¿Quién me puede enseñar? Jesús, que es camino, verdad y vida. Jn 14,6.

Características de amar bien:
  • Amar de tal modo que amando así me posibilita crecer.
Hablando antropológicamente no siempre coincide una persona su edad física con su edad psicológica. Nos encontramos con personas adultas pero que en la manera de ser, en la manera de estar y en la manera de amar son adolescentes. Los adulescentes son personas adultas que tienen un comportamiento adolescente. Esto es un problema porque dificulta las relaciones humanas, ya no a nivel de fe sino hablando humanamente. El problema es que muchas veces nuestra manera de estar, nuestra manera de amar no corresponde a la edad que yo tengo.
El amar bien o inteligentemente, te ayuda a crecer, no te deja como estas.

  • Nos ayuda a madurar.
La maternidad muchas veces nos hace madurar, una persona que piensa en sí ahora tiene que empezar a pensar en otro.
El amar bien saca de ti lo mejor, porque ya está dentro de ti. Ya nacemos con esto.
Como el escultor que golpea la piedra para sacar la obra que guarda dentro, el amor humano solo, no entiende esta manera de amar, no entiende que a veces hay que hacer sufrir, y a tiempo porque a veces no llegamos a tiempo. Pero de ti saca lo que ya hay, lo bueno, porque por naturaleza somos buenos. Esta es la manera de amar a la que hoy se nos invita, aprender a amar bien.
Esto no es fácil y no hay ninguna facultad que nos lo enseñe. Solo lo podemos aprender mirando a Jesús.
Nosotros amamos mucho pero no siempre lo hacemos bien, aunque no lo hacemos adrede, no lo hacemos con mala voluntad.
Dios nos invita a tener esa cualidad de amor, como madres, padres, como personas de fe, como catequistas ... No es fácil, porque implica descentrarte. Tú no eres el centro, y cuesta mucho porque nos han enseñado a ser el centro, yo esto, yo lo otro ... como cuando éramos niños, muchas personas adultas continúan con yo: me han dicho, me han hecho, no me han mirado, no me han cogido, no me han hablado ... Quien esté centrado dentro de sí, difícilmente mira al otro, pero debemos mirar al otro para ver lo que necesita, no lo que le gustaría. Esto supone un descentramiento, aprender a amar así supone observar, ver lo que la otra persona necesita, supone saber decir sí pero también saber decir no.
Para las madres es una asignatura pendiente. Porque es tan importante usar la mano derecha y la izquierda, es muy importante ser muy afectivos y cariñosos, pero también ser muy firmes.  Y esta firmeza quien no sabe que es por amor piensa que le hace mal. Pedirle ayuda a María nuestra Madre. Y saber rectificar cuando nos equivocamos – hijo perdona ayer fui muy dura contigo pero me equivoqué.

  • Amar bien supone no venderse, aunque pierdas amistades. Decir la verdad, aunque sea muy dura de roer. No todo el mundo nos dice la verdad, hay que agradecer a quien nos diga la verdad. Jaime Bonet decía: La verdad sin amor enorgullece. El amor sin verdad embrutece. El amor con verdad te enaltece.
Preguntar al Señor - Señor , ¿y yo cómo he sido amada yo? ¿dónde está mi forma de amar?
Jesús es capaz de decir venir a mi todos los que estéis cansados y agobiados. Pero también es capaz de decirle a Pedro apártate de mi satanás porque tú no piensas como Dios, sino como los humanos. Porque Jesús mira a la persona y mirando a la persona la ama como le conviene. Heb 12,2  “Fijos los ojos en el que inició y consumó la fe, en Jesús” Los ojos en aquel que realmente nos marca el camino, mirándole yo se como se ama. Jesús por amor a nosotros no dijo Yo no soy el Hijo de Dios. Y por ser firme y decir Yo soy el hijo de Dios, fue a la cruz, pero por amor. No se vendió. Podía a ver negado que era el Hijo de Dios y no habría ido a la cruz.

No toda manera de amar edifica, no toda manera de amar ayuda a crecer, no toda manera de amar te saca lo mejor de ti.
Amar así no se consigue de una vez, es un camino, hay que dar pasos en la madurez de la fe, en la manera de amar, pero esto se pide –Señor enséñame a amar así.
Esta manera de amar así nos ayuda a crecer a nosotros pero también ayuda a crecer a los otros, a los que tenemos cerca. Esto supone a veces alegría y llantos. A veces dolor de estómago y de cabeza. Esto supone a veces un decir no, un no dormir.
Pero es tan bonito que alguien diga yo he sido muy bien amado. Pero aunque nadie nos pudiera amar así, podemos tener la certeza y la convicción de que alguien me ha amado así. Aunque nadie me hubiera amado bien, yo se que tú Señor siempre me has amado bien.
Esta manera de amar se ve en retrospectiva. Con el tiempo revisas y lo entiendes.

Tendríamos que aumentar la manera cuando pedimos: Señor enséñame a amar siempre. Señor enséñame a amar mucho. Señor, por favor, enséñame a amar bien.
Así concluimos la experiencia del salmista. “Que tu amor Señor me de consuelo”

El Señor nos invita a amar a su estilo. Nos pone el listón muy alto. 

sábado, 19 de octubre de 2013

Dios Nos Ama Mucho


En la celebración de Santa Teresa de Ávila empezamos la escuela con su poesía “Vuestra soy, para vos nací”. Santa Teresa es alguien que ha experimentado como Dios la ama profundamente.

Como la semana pasada continuamos con la cita del Salmo 119,76: “Que tu amor sea mi consuelo según la promesa hecha a tu siervo.” El salmista ha experimentado que el amor de Dios es consuelo para su vida, le da alegría, le da paz y al mismo tiempo le da estabilidad. La estabilidad emocional es algo que cada vez nos falta más porque dependemos de, dependemos de las circunstancias, de los otros ... El ser humano es sensible al amor y si somos sensibles al amor, el amor es lo que no nos puede faltar. No puede ser de otra forma porque reconocemos nuestra procedencia y reconocemos nuestro destino, yo procedo del amor y voy hacia el amor. Todos hemos experimentado que el amor humano es muy bueno, pero es frágil, es variable, es endeble, pero hay que recalcar que no es por maldad, sino porque damos de sí lo que damos de sí, le pedimos peras al olmo, le pedimos al otro que nos dé lo que no nos puede dar, y entonces pensamos que nos han engañado, nos enfadamos, nos afecta negativamente. Esto nos lleva a pedir la gracia, el don, la luz de entender que sólo el amor de Dios es estable. Cuando lo entendemos podemos soportar la inestabilidad del otro. Y esto nos tiene que conducir a agradecer este siempre del amor de Dios, el amor de Dios ama siempre, el amor de Dios consuela siempre, el amor de Dios está siempre. Esta dimensión de agradecimiento es muy importante. Y es para todos no para algunos, Dios no excluye a nadie. Esto me lleva a reconocer que Dios me ama mucho. Y este amar mucho es abundantemente. Como una fuente, una fuente mana siempre, y una fuente mana mucho, así es el amor de Dios siempre y mucho. Yo de este amor me beneficio según mi medida, si voy con un dedal la fuente me llena un dedal, si voy con un vaso la fuente me colma un vaso, si voy con una botella ... Pero la medida no la pone Dios, la pongo yo. Con el amor de Dios pasa lo mismo, la medida la pongo yo, esto supone un reconocimiento, una apertura.

Jn 13,1 “Jesús habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo.” ¿Y que es amar hasta el extremo?, una pregunta que no nos hemos hecho con mucha frecuencia, significa que ya no puedo amar más. El amor de Dios es así, con tal intensidad, con tal profundidad que ya no puede mas. Me ama tanto  ya no me puede amar más.
Utilizamos analogías con el amor de madre, hay momentos que amas tanto a un hijo que parece que no puedes amar más, tienes un segundo hijo y tu amor se dilata, vemos que somos capaces de amar más. Si el amor humano puede dilatarse ¿cuánto más el amor de Dios?. La experiencia de ser amados siempre y mucho, es empezar a palpar y a experimentar como es Dios, y como ama Dios, entonces yo puedo decir con certeza Dios me ama siempre, Dios me ama mucho. Y no depende ni de mis capacidades ni de mi correspondencias.

Is 49,14-16 “—Decía Sión: Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado. —¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré. Mira, en mis palmas te llevo tatuada,tus muros están siempre ante mí;” Cuando encontramos en la Palabra de Dios Sión, Israel ... Pongamos nuestro nombre Todos hemos tenido alguna vez la sensación de que Dios te ha abandonado, a veces te encuentras por situaciones varias en la vida en un túnel donde no se ve ni la entrada, ni la salida. Cuando estas en mitad del túnel, te giras y todavía ves luz, piensas yo tengo por donde escapar, cuando caminas en el túnel y ves la salida, respiras parece que salgo del túnel, pero cuando estas en un momento del túnel donde no ves las salida y te giras y no ves la entrada, todos hemos pasado por ahí, porque es pate para ser maduros en la fe, pensamos ¿Señor que ha pasado me has abandonado?, ¿por qué me ha pasado esto a mi?, ¿qué he hecho para que me pase esto? Y hasta en la Palabra de Dios lo vemos, la experiencia del pueblo de Israel cuando se siente abandonado por Dios. Y la misma Palabra de Dios pone la respuesta, una respuesta que es fortísima El versículo 15 “¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.” para la sociedad del pueblo de Israel esto era imposible, esto sería el extremo del abandono o el extremo del desamor. Is 54,10 “Los montes podrán moverse, las colinas vacilar, pero mi amor de tu lado nunca pasará.” Siempre en el extremo. “Mira, en mis palmas te llevo tatuada, tus muros están siempre ante mí” Mi nombre siempre está delante de Dios.

Hoy poder decirle hazme intuir Señor lo que es amar siempre, entender lo que es amar mucho. Acoger amar hasta el extremo. Agradecer ser alguien amado así,  hay alguien que me ama de tal forma que no me pude amar más. A mi nadie me puede amar más desde lo que soy, con mis límites, no solo lo amable. Hay alguien que me ama tanto, que nadie me puede amar como Él.

 

lunes, 14 de octubre de 2013

Dios Nos Ama Siempre


Canción: Señor, Tú me sondeas


El pasado viernes Magdalena nos predicó: Aunque este año se acabe “el año de la Fe” podemos continuar con el, con esta cita que nos acompañará todo el año Col 2,6-7 “Así pues, ya que habéis recibido al Mesías Jesús como Señor, proceded unidos con él, arraigados y cimentados en él, confirmados en la fe que os enseñaron, derrochando agradecimientos.” A los cristianos nos pasa que edificamos pero no enraizamos. La escuela de la Palabra hace que la Palabra se enraíce para que cuando vengan las tormentas no nos tiemble todo. Aprender en la vida a guiarme por medio de la Palabra de Dios, distinguir la voz de Dios en medio de otras voces.

Salmo 119,76 “Sea tu amor consuelo para mi según tu promesa”  Esto es la experiencia del salmista, que le pide a Dios que sea su amor, y no las circunstancias, y no lo que le rodea, lo que le consuela. Cuando estamos consolados sentimos paz, alegría, serenidad, tenemos suelo, firmeza. Cuando estamos desconsolados nos sentimos tristes. El salmista le pide a Dios que sea un amor consuelo, no un suelo que se abra de vez en cuando, que se derrumbe, porque él igual que nosotros tiene la experiencia de que en la vida puede faltar todo, pero no puede faltar el amor. Yo sin vestido, sin cultura, sin coche puedo pasar, pero no puedo vivir sin amor. Todos somos sensibles al amor, cualquier persona en cualquier situación, de cualquier raza, cultura es sensible al amor. Hay algo que nos hace sentirnos bien. Los bebés se calman cuando escuchan los latidos del corazón de su madre. Salmo 131,2 “Como el niño destetado en los brazos de su madre, así recompensarás mi alma”.
Somos sensibles al amor Is 51,1 “Mirad de que cantera habéis sido extraído”. Venimos del amor, lo sepamos o no. Los padres somos puro instrumentos quién da la vida es Dios. 1 Jn 4,8 “Dios es amor”, cuando nos damos cuenta de que Dios es amor sabemos de donde hemos venido, yo vengo del amor y voy hacia el amor. En la medida que yo vivo en el amor encuentro más mi identidad.
Esta semana sería como aprender la oración del salmista, que tu amor sea mi suelo, que seas mi consuelo. Cuando ponemos nuestro consuelo en el amor de otro nos hundimos, tenemos que amar al otro, pero el otro no puede ser mi suelo. Esto lo hace entender el Espíritu Santo, mi familia la tengo que amar pero no puede ser mi suelo.

En los tres días siguientes nos centramos en una manera de amar de Dios, porque:
  • Dios nos ama siempre.
  • Dios nos ama mucho.
  • Dios nos ama bien.
Dios nos ama siempre
Tenemos muchísimas citas del antiguo y del nuevo testamento que nos habla del amor siempre. Sin embargo, nuestro amor es ahora sí, ahora no, es intermitente. Así es el amor humano, y no nos damos cuenta. Cuando alguien me ama, amo, cuando alguien me saluda, saludo ... Y así educamos a nuestros hijos, venga si haces esto te doy un beso. Se nos ha enseñado que se nos daba, según lo que hacemos. Y de una manera inconscientes esto es lo pasamos a Dios, si me porto bien Dios me ama, si voy a misa Dios me ama. Y nos cuesta una barbaridad amar siempre. Dios es amor y por ser amor no puede dejar de amar. El amor de Dios es siempre y es algo que no depende de mi comportamiento. Es algo que nos sobrepasa.
Cuando yo mismo me decepciono, poder decir: "¿y ahora también me amas?". Jer 31,3 “Con amor eterno te amará”, eterno = siempre. Os 11,1-4 “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios. Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.” Is 43,4-5 “Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré”. El amor de Dios es siempre, no depende de mi. Si no fuera posible amar así Dios no nos lo haría entender, porque Él no juega con nosotros. Pero a esto se llega, no se parte, hay que dar pasos. Poder decirle: “yo no estoy todavía ahí, pero algún día llegaré, ayúdame”. Mi identidad es el amor. En la vida pasando en el camino se nos pega mucho polvo, se nos pega el pecado, pero esto no es natural en nosotros, el captar esto es una gracia de Dios. Lo natural en mi es ser cantera de Dios. 

Canción: Sé de quién me he fiado.

SÉ DE QUIÉN ME HE FIADO,
SÉ QUE LLEVARÁ HASTA EL FIN,
LA OBRA QUE EL HA INICIADO,
LA OBRA QUE COMENZÓ EN MÍ.

Su gracia me llenó de fe y amor,
me hizo fuerte y de mi se fió,
hasta hacerme su voz para siempre.

Y olvido lo que dejé atrás
y me lanzo tras Aquél
que es fiel a su llamada.
Su gracia me basta


viernes, 4 de octubre de 2013

De Dios y para Dios, únicos e irrepetibles

Comenzamos tras el verano de nuevo la Escuela de la Palabra, como la echaba de menos. 


Salmo 119,7 “Tus manos me han hecho y me han formado
Este salmo es toda una experiencia sobre la Palabra de Dios. Experiencia del salmista y el cariño con el que habla de Dios. Los salmos son las oraciones de alguien que ha hecho una experiencia. A Dios se le cuenta todo, se le comenta todo, se le confía todo.
Hay personas que al leer los salmos se escandalizan porque en ellos se expresan toda la debilidad humana, los deseos, la rabia, todo lo que pensamos que no debería estar en una oración. Los salmistas lo expresan todo. Quien sabe orar ora la vida, ora las circunstancias. Por eso hay que pedir como la canción "Señor Enséñanos a orar”.


No dejes Señor que mi angustia, mi rabia, mi alegría se quede fuera de la oración.

La Biblia no esconde nada, no esconde la fragilidad de los creyentes.
Una verdad de fe cuando experimentamos que salimos de las manos de Dios. Mi origen y mi meta está en Dios. La misma Palabra de Dios lo revela y lo repite.
Gen 1,27 “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó
Salmo 8,5 “¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el hijo de Adán para que te ocupes de él?”
Salmo 5,7 “le has dado poder sobre las obras de tus manos; todo lo has sometido bajo sus pies
Eclo 17,1-3 “El Señor formó al hombre de tierra y a ella lo hace volver; le concedió un plazo de días contados y le dio dominio sobre la tierra; lo revistió de un poder como el suyo y lo hizo a su propia imagen;
Sab 2,23-24 “Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del Diablo y los de su partido pasarán por ella.”
Is 51,1 “Escuchadme, los que vais tras la justicia, los que buscáis al Señor: Mirad la roca de donde os tallaron, la cantera de donde os extrajeron”
Diferentes formas de encontrar en el Antiguo Testamento que somos nacidos de Dios y vamos a Dios.

Hay personas que están perdidas  porque no saben como pasar por el mundo. Pero nosotros no, nosotros sabemos que venimos de Dios y que vamos a Dios. Pero también nos dice el salmista que cuando Dios nos ha sacado de la roca nos hace únicos e irrepetibles. En el mundo no encontraremos a otro igual, cuando Dios nos ha hecho ha roto el molde. Esto hay que meditarlo mucho ¿Señor por qué me has hecho único?, Yo tengo algo que los demás no tienen. Mis hijos tienen algo que yo no tengo. Teniendo las mismas cosas, ojos, nariz, boca ... Qué diferente nos has hecho. Cuánta creatividad. Y más interiormente, cada uno con unos sentimientos, unos gustos. Esto solo lo puedes hacer Tú señor. Qué pocas veces te lo he agradecido, al contrario cuántas veces me he quejado. Gracias por hacerme con tanto mimo, con tan buen gusto, con la originalidad que has tenido.

Poder ir  a lo profundo de mi corazón a agradecerte lo que dice el Gen 1,28 “Y los bendijo Dios” Gen 1,31 “y era muy bueno”.

Descubramos los dones que Dios nos ha dado, dones que vienen de Dios y que yo puedo desarrollar.




 

sábado, 22 de junio de 2013

Abre mis ojos

  
En las semanas anteriores de la escuela de la Palabra hemos visto:

  • El Salmo 119, 18 “Abre mis ojos, y contemplaré las maravillas de tu ley”, la oración que tenemos que coger del salmista Abre mis ojos, no se refiere a los ojos físicos sino a los del corazón.
  • La importancia de tener una fe alegre Mt 25,23 “Entra en el gozo de tu Señor”. Una fe así nos puede situar en la vida de una manera diferente, que cambia nuestra manera de estar, de ver, una fe que ilumina la vida. Por eso Abre mis ojos.
Cuando nos paramos en la vida, nos damos cuenta que no son tanto los problemas sino la ceguera espiritual. La ceguera espiritual es cuando físicamente vemos pero el corazón no ve. No veo con mis ojos sino a través de mis ojos porque el que ve es el corazón. Cuando mi corazón está abierto, veo lo mismo pero de otra manera. Cuando mi corazón está cerrado, veo lo mismo pero también lo veo cerrado, nos parece que estamos en un túnel.

Mc 10, 46-52 “Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.” El ciego está acostumbrado a estar en el camino, a no ver, a ser una persona que no le pide más  a la vida, que ve pasar las circunstancias, las situaciones, y se conforma. Esto nos acaba de provocar una ceguera interior. Mi familia no creo que pueda cambiar, mis compañeros, mi pareja, por lo que me conformo. Ni pena ni gloria.
El señor nos dice ¿será qué no se puede salir de aquí? o ¿tú no quieres salir de ahí?
El ciego de Jericó escucha ruido y al saber que es Jesús el que pasa grita “¡Jesús, Hijo de David, compadécete de mí!”, al escuchar que pasa Jesús se arranca de este conformismo, aunque los demás le dicen que se calle, él no se deja vencer por lo que dicen las otras voces.

“Él dejó el manto, se puso en pie y se acercó a Jesús.

  • Tira el manto, se libera de sus seguridades. 
  • Da un salto, sabe que es Jesús, el Maestro.
  • Se sitúa, a veces nos falta acercarnos a la luz. El amor quiere cercanía, esta cercanía con Jesús es lo que hace salirse.
Bartimeo todavía no ha escuchado a Jesús, le escucha en el momento que se acerca, sin embargo, Jesús tiene un oído educado para escuchar, escuchó a Bartimeo a pesar de toda la gente. 
En esta situación tenemos 2 opciones:

  • Prefiero continuar lamentándome porque estoy más cómodo.
  • Prefiero escuchar al Maestro, esta opción es más arriesgada, porque tenemos que reconocer que estoy ciego, aunque veamos físicamente. Y tenemos que dejar el manto que nos da tanta seguridad.
¿Qué quieres que te haga?”
Cuando Jesús le hace esta pregunta parece que no tiene lógica, ¿qué va a querer?, parece que es una pregunta que sobra. Pero sin embargo es una pregunta muy pedagógica y muy sabia. Porque ver tiene consecuencias, la pregunta es ¿tú quieres realmente ver? Porque si ves no puedes estar sentado en el camino, si ves no puedes pedir limosna. A veces estamos así en la vera del camino, pedimos comprensión a los demás, y Jesús nos pregunta ¿Qué puedo hacer?, “Maestro, que recobre la vista.” Cuando Bartimeo le llama Maestro, es porque sabe a quién pide, sabe que es Jesús el que le puede dar. Reconocer quién me puede dar más es lo que me hace saltar.
Que podamos decirle “Dame Señor por tu gracia la fuerza de responsabilizarme de mi vida”
Vete, tu fe te ha salvado.”  No es Jesús quién lo salva sino la fe del ciego.

Hoy el Señor nos vuelve a decir ¿Qué quieres que te haga?, que seamos capaces de cuando nos encontramos en momentos difíciles poder decir Abre mis ojos.


Himno Laudes
“Porque, Señor, yo te he visto
y quiero volverte a ver,
quiero creer.

Te vi, sí, cuando era niño
y en agua me bauticé,
y, limpio de culpa vieja,
sin velos te pude ver.

Devuélveme aquellas puras
transparencias de aire fiel,
devuélveme aquellas niñas
de aquellos ojos de ayer.

Están mis ojos cansados
de tanto ver luz sin ver;
por la oscuridad del mundo,
voy como un ciego que ve.

Tú que diste vista al ciego
y a Nicodemo también,
filtra en mis secas pupilas
dos gotas frescas de fe. Amén”




miércoles, 12 de junio de 2013

Vivir la alegría de la Fe



En la escuela de la Palabra de la semana pasada, Magdalena nos hizo descubrir que las personas somos seres sedientos, y que nuestra sed no es saciada por cualquier fuente. Solo Dios es capaz de calmar nuestra sed.
Orar es practicar nuestra fe, y practico que creo en Dios. La oración también es reforzar la fe, en ella podemos fortalecer nuestra fe. En ella podemos reconocer que nuestra fe puede ser gozosa, podemos vivir la alegría de la fe.

En estos momentos que vivimos, la mayoría de las noticias son malas, sin una actitud crítica viviríamos angustiados, nada pone una actitud positiva.
Nuestros sentimientos son como un ascensor de repente me encuentro arriba, de repente abajo, y otras veces nos sentimos como si el ascensor estuviera atrancado.
Nos puede ayudar preguntarnos, ¿por qué estoy así?, tanto en los momentos que estamos bien, como en los que estamos mal. ¿Qué botón he pulsado que antes estaba abajo y ahora arriba?
Es un buen ejercicio pararnos 5 minutos y pensar porque hemos llegado a sentirnos así. Hacer una relectura de lo que hemos hecho: he ido a comprar, antes he pasado por, me he encontrado con, me ha dicho esto. Hasta que nos damos cuenta de lo que ha causado el cambio.
Al hacer esto encontramos un estado de ánimo provocado por actitudes, por personas. Cuando somos capaces de verlo, nos tenemos que decir ¿Yo quiero que esto sea el motor de mi vida? Aquí aprendemos a hacer opciones.
Este compañero me dice esto, ¿y Tú Señor qué dices?, mi pareja, mi herman@ me dice esto, ¿Y Tú Señor qué dices?

No podemos dejar de tener influencia del exterior porque no vivimos en una burbuja, ni tampoco sería bueno. Pero podemos elegir si queremos que esa realidad me condicione todo mi día.
Hacer este paso es de una persona de fe. Esto no es espontáneo, necesita un trabajo interior.
Salmo 16: “Bendigo al Señor que me aconseja, aun de noche instruye mi conciencia. He elegido al Señor como mi guía perpetuo
Nosotros decidimos si estas situaciones nos provocan estrés o somos capaces de hacer un encuentro, un momento de salvación. Ser capaces de parar y decirle a Dios: Tú eres mi Dios, mi Guía, Tú tendrás una Palabra para decirme en esta situación.
Aprender a leer la Palabra de Dios en clave de gozo, para ser cristianos alegres.
Pedir a Dios dame una fe gozosa, que es capaz de poner alegría donde las cosas no cambian.
Las situaciones no cambian, lo que venga a mi, no depende de mi, pero que yo le de volumen o cuerda, sí depende de mi. La oración nos dice: recuerda la Palabra de Dios dice esto, ¿tú dónde quieres poner tu cuerda?
Es posible tener una fe gozosa.
Salmo 119, 32: “Me apresuro a cumplir tus mandamientos porque llenas de alegría mi corazón. Leer la Palabra de Dios en clave de alegría. Cuando todo me inquieta yo necesito ir a un lugar donde me llene de gozo.
Señor enséñame porque yo no se. Es muy fácil dejarse arrastrar por la tristeza, no tenemos que hacer ningún esfuerzo. ¿Soy yo quién orienta mi vida?, ¿yo dirijo mi historia?, ¿decido a quién hago caso?, ¿dónde viene mi gozo?, ¿soy feliz sólo cuando todo me sale bien? ¿cuando sale todo como he programado?

Mt 25,22-23: “Se acercó el que había recibido dos monedas de oro y dijo: Señor, me diste dos monedas de oro; mira, he ganado otras dos. Su señor le dijo: Muy bien, sirviente honrado y cumplidor; has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de lo importante. Entra en la fiesta de tu señor.” Que alegría Señor que no me pides más de lo que tengo, sino según mi capacidad.

Dios no me ha hecho en serie, me ha hecho en serio.


jueves, 6 de junio de 2013

Eternos Buscadores

Una manera de poner en práctica la fe es la oración. La fe son personas vivas, la fe es una relación. Para orar se necesita fe, lo que yo creo yo hago.
Cuando me pongo en presencia de Dios lo que hago es practicar mi fe. Necesitamos practicar la fe que decimos tener. Cuando me pongo a orar, es cuando me paro en el camino, y la propia oración me da certezas de mi camino, me puedo encontrar cansad@ pero se que voy bien.
Caminar sin saber donde vamos es lo que cansa. Cuando sabemos que vamos bien por el camino, no nos desanimamos aunque quede mucho camino.
Celebramos la importancia de la Eucaristía, el regalo de la Presencia y el Alimento.
Si eres Presencia de nuestra vida ¿por qué tantas veces continuamos sedientos?

Salmo 119 “Dichosos los que guardan sus preceptos y lo buscan de todo corazón.” Felices porque guardamos su Palabra.
Señor si ya estás, ¿por qué te buscamos?. La actitud de búsqueda es propia del hombre que está vivo. Nosotros tenemos que reconocernos como hombres buscadores.  Cuando decimos de alguien “Yo te conozco”, le reducimos porque aunque  conozcamos sus reacciones, sus costumbres, esa persona es mucho más. Porque nuestro corazón está hecho a la medida de DIOS. No hay nadie, no hay nada que me pueda llenar lo que busco ser llenado.
Esto es consecuencia de sufrimiento porque a veces no entendemos que estamos vacíos.  Y sentirnos así no es malo, esto es bueno, es el grito del Espíritu Santo: “Nada te puede satisfacer esta sed de Dios

La sociedad se aprovecha para decirnos lo que nos hace falta. Si no tengo claro esto, busco otras voces.
Jesús mira a la samaritana, y la ve diferente que los demás, la ve como una persona sedienta de Dios, que busca en los maridos lo que no le pueden dar y sólo Jesús le da lo que le puede llenar.
Zaqueo busca en el dinero lo que no le puede dar.

Desde la oración somos capaces de ver si nuestro camino va bien, a veces nos encontramos con personas que saben ver en nuestro interior.
La felicidad no es la facilidad. No es todo satisfecho. En nuestro camino nos encontramos con personas que nos hacen dar pasos que nos hace beber de la fuente. La fuente no se agota, calma nuestra sed.
Por eso es que nos deberíamos llamar eternos buscadores. El cristiano es el eterno buscador, el que siempre está en camino.
Jesús nos dice en Mt 7,7: “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá”
Hoy se nos da un toque de atención, eso que tenemos que no nos llena, que nos encontramos vacíos. Que no te canse, solo Dios puede saciarte la sed. No preocuparnos porque no estemos satisfechos, porque no siempre estemos felices, porque no lo tengamos todo hecho. Al contrario debemos preocuparnos si un día pensamos que ya estamos satisfechos. Lc 6,25 “¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!



jueves, 30 de mayo de 2013

Un nuevo Corpus Christi: ¡¡¡GRACIAS!!!

La escuela de la Palabra de Magdalena de hoy, me ha gustado mucho, me ha hecho reflexionar sobre mi actitud en algunos momentos, me ha hecho dar Gracias por lo que se nos ha regalado., por la forma en que se nos ha regalado y me ha dado animo  para seguir caminando.

Este tiempo Ordinario no deja de ser intenso, hemos vivido la Trinidad, y ahora vivimos el Corpus Christi. La Iglesia en este tiempo nos ayuda a entrar en dimensiones de nuestra vida que nos pueden ayudar, una de ella es la Eucaristía. Y se llega a ella poco a poco.
Muchos momentos y decisiones importantes surgen delante de un Sagrario.

El amor se expresa de muchas maneras, a veces con palabras, pero a veces las palabras no son entendidas. A veces los gestos se entienden más que las palabras. Y a veces hay gestos que se entienden mejor con las palabras.
Jesús se expresó mucho y se dio cuenta que no le habían captado, por eso se atreve con gestos a expresar las palabras que les había dicho y no habían entendido. La Eucaristía es el gesto.

¿Qué sentido tiene la institución de la Eucaristía por Jesús?

  • Nosotros en nuestra vida podemos pasar sin muchas cosas. La sociedad de consumo nos hace consumir, lo que necesitamos y lo que no. Nos hace creer que es necesario, pero hay que diferenciar entre lo necesario y lo esencial. Yo necesito el coche para moverme, pero sin él también me podría mover. El coche para mi es necesario, es fantástico pero no es esencial.
¿Qué es lo realmente esencial? ¿Qué es lo que si no tenemos, morimos? El alimento.
Hay personas que lo esencial no lo tienen.
Jesús sabe que sin alimento no se puede vivir. Y no se le ocurre otra cosa que hacerse alimento. La Eucaristía es el alimento. El pan de vida.
Es un alimento que nos da la fuerza, la alegría necesaria para seguir a Jesús. Para nuestra debilidad, para nuestros momentos de cansancio.
  • Otra necesidad para vivir en plenitud es la Amistad. Eclo. 6,14 “El amigo fiel es refugio seguro; quien lo encuentra, encuentra un tesoro.” Nosotros no somos islas. El convivir hace parte de nuestra identidad. El diálogo es algo que nos hace falta para vivir. Ecl. 4,10 “... pero ¡ay del solo!  que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.” La soledad es mala compañera. Estamos en una sociedad en la que nos comunicamos mucho: whatsapp, twitter, sms, facebook... Pero a la vez nunca nos habíamos encontrado tan solos.  Esto es fruto de mucho sufrimiento: no me entienden, hablo pero no me captan. Podemos estar solos pero no sentirnos solos, y al revés, podemos estar acompañados y sentirnos solos.
    Jesús se ha hecho Presencia, se ha hecho amigo. Amigo que todo lo capta, que todo lo entiende. Presencia en el Sagrario.

Esto es muy importante para entender el Corpus Christi, para celebrarlo diciéndole: Jesús eres el que más ha entendido al hombre. Eres el que más le ha dado al hombre lo que el hombre necesita para vivir. Si quiero un amigo puedo contar contigo.
Estos dos elementos son motivos para dar gracias. Jesús no nos ha dicho no te cansaras, no nos ha dicho todo nos va a ir bien. Nos ha dicho si te cansas te levantaré, cuando te encuentres solo yo te escucharé, cuando necesites apoyo te apoyaré.

El Vaticano II nos deja claro: “Comulgamos la Eucaristía para llegar a ser lo que recibimos”
¿Para qué comulgo?
Para perdonar lo que por mi mismo no llegaría. Para amar donde yo solo no llego. ¿Cuántas veces vamos a comulgar diciendo: Señor yo vengo porque te necesito?
Que bueno que tengamos otro Corpus Christi para dar gracias a Jesús porque se ha quedado en la Eucaristía.

1Cor 11, 23-26 “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre;  haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.”

La noche que le traicionaron, no se lo ocurre otra cosa que amar hasta el extremo. Jesús primero hace gesto. Luego nos dice habéis visto lo que he hecho haced lo mismo. Jesús no pide nada que no haya hecho Él primero. Que diferencia de nosotros que primero decimos.
Por eso necesitamos comulgar para poder amar como Jesús, amor eucarístico: amor servicial, amor sin esperar nada a cambio.

Gracias Jesús por esta manera de amar que fascina, por esta creatividad en el amor, porque nos dejas pasar tiempo contigo y así te podemos conocer mejor.




miércoles, 22 de mayo de 2013

Ser personas del Espíritu Santo

Os traigo la escuela de la Palabra que escuchamos esta semana de Magdalena, y un poco de lo que escuché el domingo día de Pentecostés en Verbum Dei, Siete Aguas.

Comenzamos una nueva etapa en la que retomamos a la luz de Pentecostés el tiempo ordinario. El Espíritu Santo nos ayuda a comprender, nos da fuerza para que podamos realizar y para que podamos dar aquello que hemos captado. Vivimos las situaciones con una nueva luz,  a la luz de este nuevo Pentecostés, y no nos olvidamos que en la historia de la iglesia ya han habido otros Pentecostés y que en el futuro también habrán otros nuevos.

Ante Pentecostés nos podemos situar de 3 maneras diferente:

  • Pesimista: Si es verdad hubo un Espíritu Santo, hubo un Pentecostés pero la Iglesia no cambia, pero mi problema sigue estando ... Ante esta manera de estar el Espíritu no puede actuar, porque cuenta con nuestra apertura, cuenta con nosotros.
  • Optimistas: Se lanzan sin contar con las fuerzas y sin la ayuda del Espíritu Santo, en esta manera de estar no se pisa el suelo y acabamos cayendo.
  • El Espíritu Santo nos invita a ser personas reales, situadas, que reconocen sus límites, sus posibilidades, personas que delante de situaciones reales no solo cuentan con sus fuerzas sino que cuentan con el Espíritu Santo.  Y sabemos que a veces el problema se puede solucionar pero también sabemos que a veces el problema no se puede solucionar, pero no estamos solos contamos con el Espíritu Santo incluso ante algo que nos supera.


María le pregunta al Ángel Lc 1,34 “¿Cómo será esto?” y el Ángel le contesta que es cosa del Espíritu Santo, Él le dará la fuerza. A nosotros también se nos invita a ser personas del Espíritu Santo, siempre podemos contar con su fuerza.
Jesús nos dice en Jn 16,12-13 “Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis con ellas por ahora. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena; pues no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que oye y os anunciará el futuro.” Cuando decimos Ven Espíritu Santo, no es porque no esté sino porque necesitamos su luz, luz para una persona, luz para que una iglesia sea más evangélica, luz ante un problema.
Y una vez que lo hemos invocado tenemos que estar atentos a las situaciones del Espíritu Santo, no podemos pensar que no tenemos fuerzas para lo que nos ha insinuado porque el Señor nos acompaña.
Estamos en la época del Espíritu Santo, la época de la Iglesia, si después de 21 siglos continúa es porque en ella ha habido pequeños Pentecostés, personas del Espíritu Santo. Y  en esta época de la Iglesia el Espíritu Santo nos sigue diciendo algo, nos dice que sus dones son dones y tareas, y nos los da para que nos activemos.
El Señor nos deja el Espíritu Santo a cada uno de nosotros, tenemos que estar atentos porque el Espíritu Santo de la verdad nos guiará. Necesita de nosotros, nuestras manos, nuestros pies, nuestras bocas ... Para ser testimonio de vida. La persona que vive del Espíritu no necesita ningún título, ningún cargo dado por los hombres, ya que el poder nos viene dado de lo alto. El Espíritu Santo nos crea, nos recrea para sacar lo mejor de nosotros mismos.

Acoger por amor para así dar esa luz a los demás, y así otros también propagarán. En Rom 12,2 ”No os acomodéis a este mundo, antes transformaos con una mentalidad nueva, para discernir la voluntad de Dios, lo que es bueno y aceptable y perfecto.”

Si creo en Dios => Oro.
Si oro => Avivo el Espíritu.
Si Avivo el Espíritu => Discierno, trasmito luz, alegría, los frutos del Espíritu.
El Espíritu Santo nos conduce a la Paz, con el Espíritu hacemos distancia en medio del ruido.
Seamos personas del Espíritu Santo, personas que saben que son guiadas.


Canción: Ven Espíritu de Dios sobre mí. De Kairoi.

martes, 14 de mayo de 2013

Orar la Ascensión

Antes, en la fiesta de la Ascensión se solía apagar el Cirio Pascual, que está encendido desde La Vigilia Pascual, porque la fiesta  de la Ascensión significa que Cristo ya no está, es decir, está pero de una manera diferente.
Lucas que es el autor del 3er. Evangelio y también ha escrito los Hechos de los Apóstoles coloca la Ascensión al final del Evangelio y también al principio de los Hechos de los Apóstoles. En medio de un antes y un después. Antes es el tiempo de Jesús. Después es el tiempo de la Iglesia.
Por eso durante la Pascua leemos los Hechos de los Apóstoles, porque es una referencia de la Iglesia.
La dificultad de entender esta fiesta es el lenguaje, cuando leemos que Jesús subió a los cielos, no significa que subió físicamente. Los cielos no es un lugar es una manera de estar. Dios no está en el cielo, Dios es el cielo.
 


·       Lc 24, 51 “Y mientras los bendecía, se separó de ellos, y fue llevado al cielo” La iglesia nos hace una invitación a avivar nuestra fe. A aprender a vivir sin la presencia física de Jesús => Ascensión. Yo estoy con vosotros de una manera diferente. A aprender a avivar la fe para descubrir a Dios en el mundo. ¿Dónde está Dios? En la Eucaristía, en la Palabra pero también en el Hermano.
Mateo cuando muere Jesús escribe que se rasgó el velo del templo, es lo que se llama el Sancto Sanctorum, el lugar más sagrado donde solo podían entrar los puros, los sumos sacerdotes solo podían entrar una vez al año, así Mateo quiere decir que se acabó, que Dios está en la historia, se ha roto lo profano y lo sagrado.
El hombre es sagrado, hay una dimensión de inhabitación de la persona, Jesús está en los hombres. Lc 24,5 “¿Por qué buscáis entre los muertos el que está vivo?
¿Y yo soy capaz de descubrirte en la historia Jesús?, ¿O solo soy capaz de descubrirte en la capilla? ¿Solo soy capaz de descubrirte haciendo oración?
Tenemos que avivar la fe para encontrar la presencia de Dios en la historia, para encontrarla en los demás, en los que nos rodean, en nuestros amigos, nuestros familiares, en nuestra pareja, hijos ...
·       Lc 1,11 “¿Qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?”  Ahora os toca a vosotros. Es una dimensión misionera, es hora de que os arremanguéis porque sois los revelos.
Mc 16,19 “Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha del Padre” Ya les había dicho lo que les tenía que decir, el Espíritu Santo no nos dice cosas nuevas, sino que nos hace entrar en profundidad en lo que Jesús ya nos ha dicho, porque Jesús es la Palabra del Padre.
Jesús habló a pescadores, a pastores, a un mundo rural, porque así eran las personas en donde Él estaba, sin embargo Pablo es capaz de llevar el evangelio al mundo urbano, y así habla con griegos, con filósofos. Nosotros también tenemos que hacer lo mismo, tenemos que traducir el Evangelio al mundo que nos toca vivir.
Sentarse a la derecha del Padre quiere decir que ya ha vencido.
Mc 16,20 “Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba” ¿Señor te fías de nosotros? Y no tiene ningún reparo en decir ahora os toca a vosotros. Poner vuestra inteligencia, vuestros dones, y ver como podemos llevar el Evangelio. Hay un cambio Jesús acompaña.
·       Lc 24,52 “Ellos se postraron ante Él y se volvieron a Jerusalén con mucha alegría, y estaban en el templo siempre bendiciendo a Dios” Los apóstoles del lugar de donde habían huido con mucho miedo ahora vuelven con mucha alegría. Vuelven a Jerusalén donde habían crucificado a Jesús. ¿Qué había cambiado? Habían cambiado ellos, porque en Jerusalén seguía estando Pilatos, seguía la persecución. Dios a Moisés en la zarza también le dice que vuelva al faraón, al lugar de donde había huido.
En la experiencia de la fe, Jesús no nos hace salir de la situación, nos hace volver, la situación no cambia, yo sí, y vivo la situación de otra manera.
Los discípulos hacen oración, antes de predicar oraban, es una Palabra alimentada.

Lecturas:
  • Mc. 16,19-20
  • Lc. 24,50-52
  • Hch. 1,1-11 

Canto: "No, yo no dejo la Tierra"

miércoles, 8 de mayo de 2013

María acoge la Palabra

Este tiempo post-pascual es muy rico, con una intensidad muy grande, y en medio de este tiempo entramos en el mes de mayo. El mes de María.
La devoción a María es muy importante porque es la experiencia de un pueblo que aclama a la Virgen, ya sea Virgen de los Desamparados, Pilar, Montserrat, Fuensanta, Rocío ... etc.
Pero lo importante es pasar de la devoción popular a la asimilación de la fe. Es decir, a mi relación con María, a mi relación con la madre de Jesús.
Cada año hacemos ofrendas, el paso de la Virgen. Pero, ¿esto lo asimilamos también personalmente?, ¿me hace más fiel a mi relación personal?, ¿me hace más fiel a los que me rodean?, ¿más fiel a mi pareja?

Cuando el Viernes Santo recibimos el don de la madre. Jn 19,27 “Ahí tienes a tu madre” Los discípulos también hicieron ese paso, la aceptan en su casa. Nosotros también podemos aceptarla en nuestra casa, como mi madre, y tener una relación familiar para acogerla como modelo.
Acoger a María como modelo de mujer. Ser mujer es un regalo de Dios, es tener algo que Dios nos ha regalado como una mayor sensibilidad.
Acoger a María como modelo para ser madre. Mirándola, ella nos puede enseñar tantas cosas de ser madre.
Acoger a María como discípula de Jesús.


Tenemos que bajar a María de los altares para que camine a nuestro lado porque María fue una mujer sencilla, que vivía en Nazaret, que cuido de Jesús cuando era niño, que cogía agua de la fuente. Que hacía tantas cosas como nosotras.

Dentro de la Biblia María habla poco pero hace mucho, es peregrina en la fe.

  • Anunciación: Lc 1,34 “¿Y cómo será esto?”. María era hebrea, poco se valoraban a las mujeres, que María dijera esto no era normal. Lc 1,38 “Hágase en mi según tu Palabra” no sea la Palabra que yo quiero, según yo pienso, María mujer de fe, se fía. Reconoce que la Palabra tiene que ser verdadera.
  • Magníficat: Lc 1, 45,56 “Proclama mi alma la grandeza del Señor ... ” Reconoce que Dios en ella ha hecho maravillas. El grande es Dios no ella. María acepta lo que es, un sencilla mujer de Galilea, lo que en ella hay es lo que Dios ha hecho, porque ella ha prestado su barro, su pequeñez y Dios ha hecho maravillas.
  • Bodas de Caná: Jn 2,5 “Haced lo que Él os diga” El protagonismo lo lleva Jesús no María. María ha visto como Dios es capaz de transformar la tristeza en alegría.
María vive de fe, practica de fe, puede pasar ciento por uno porque ha cimentado su vida de fe. Si no bajamos a María del altar y la ponemos a caminar a nuestro lado, cuando pase por un momento difícil de fe no acudiré a ella, cuando paso por un momento difícil en mi matrimonio, en mi vida yo no acudo a María. María estaba al pie de la cruz, y también está al pie de nuestras cruces.

  • Parentescos: Hay un momento en que Jesús está tan rodeado de gente que María no lo puede ver. Lc 8, 19-21: “Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la Palabra y la viven”. Esto lo pudo decir Jesús porque sabía que María cumplía la Palabra y la acogía. Por la escucha de la Palabra María se vuelve madre. Nosotros también podemos escuchar la Palabra.
María ayúdame a hacer el camino como tú lo haces, a escuchar la Palabra como lo hiciste, a hacer mi Magnificat.

miércoles, 17 de abril de 2013

Orar en tiempos de Pascua

Cada tiempo litúrgico nos da una manera de estar, de vivir.
En Pascua podemos asimilar una gran verdad que da sentido a todo. 50 días para asimilar la Resurrección.
La Resurrección es una manera de estar y de ser, y según asimilemos que Dios es un Dios vivo, un Dios resucitado, así podremos vivir la realidad. Una realidad basada en una certeza, cuando hay certeza podemos vivir una enfermedad, un fracaso ... etc. La certeza de la Resurrección es que Jesús ha vencido el mal. No quitó el mal, sino que lo venció. Esto nos da una manera de estar, pasar y vivir. Y para que no tengamos una lectura errónea de la Resurrección Jesús nos dice mirar mis manos, mirar mis pies, para que veamos sus heridas y nos demos cuenta que el pasó, que no se salto la cruz.

María Magdalena en un momento de caos vuelve a buscar el cadáver, en ese momento no cree en la Resurrección.
Los discípulos de Emaus, están también en un caos, en una frustración, en ese momento no creen en la Resurrección.
Tomás también está lleno de dudas de fe.
En estas primeras semanas de Pascua, hemos visto unas experiencias que nos dicen que no hay nada que tú no has vivido que no hayan vivido también los apóstoles, dudas, dificultades, fracasos.
A partir del 4º Domingo ya no vemos más apariciones, sino ya se nos irán dando elementos para poder vivir como Jesús y para que en nosotros se pueda ir dando la transformación que tuvieron los mismos apóstoles.

Jn 10, 27-30: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno”.

Escuchar su voz en medio de todas las voces,

En el cuento Pulgarcito primero puso trocitos de pan en el camino, pan que los pájaros se comían, así Pulgarcito se despista y no encuentra el camino. Tras esa experiencia pone piedras, piedras que no se las quitan y son posibilidades de llegar a casa, son piedras que hacen camino.
¿Qué nos arrebata el camino? dificultades, fracasos, dudas. Si ponemos piedras como la oración (escucha su voz y cuando aprendes a escuchar su voz), aunque tengamos fracasos podremos caminar porque tendremos piedras firmes que nos indican el camino de vuelta al Padre, el mismo que recorrió Jesús.


Texto “Escuchar y seguir a Jesús” de J.A. Pagola. 

La dimensión de la escucha es imprescindible y la pertenencia al Padre, yo sigo a Jesús.
No estamos en los sitios, somos del sitio, no estamos en la Iglesia, somos Iglesia.
Si somos cristianos sin seguir a Jesús o estamos en la Iglesia sin seguir a Jesús, solo estamos aceptando unas creencias y unas obligaciones.
En la Iglesia hay muchos que se alejan porque nadie les ha enseñado, no tienen un proceso de fe.
Estar en la Iglesia es seguir a Jesús, es pertenecer al Padre.

 

jueves, 11 de abril de 2013

Creo en Ti, Jesús Resucitado porque Tú Crees en mí.

Después de algunas semanas hemos vuelto a tener una Escuela de Palabra con Magdalena:
Podemos vivir el misterio de la Pascua sin separarlo, paso a paso sabiendo que Jesús cree en ti, que no estás solo:

Col 3:  “Por tanto, si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra

La Pascua es un misterio que nos sobrepasa, la celebramos durante 50 días hasta Pentecostés porque necesitamos vivir la Resurrección poco a poco, paso a paso.

En el año de la Fe nosotros hemos celebrado la Pascua con el lema: Creo en ti. Benedicto XVI escribió la carta apostólica Porta de Fei porque está preocupado por la Fe de los que estamos dentro de la Iglesia, de los que decimos que tenemos Fe.

Creo en ti: yo creo en tu manera de vivir Señor, en tu manera de acoger, en tus razones para vivir y para morir. Yo quisiera creer en ti Señor pero ...
Pero Creo en ti también tiene otra dimensión que es la que nos descoloca: que sea Jesús el que nos diga personal o comunitariamente que yo sí que Creo en ti. Esta confianza en nosotros que ni nosotros mismos nos la tenemos, Jesús sí que la tiene. Escucharlo de alguien que nos conoce, y que conociéndonos es capaz de decírnoslo, nos desubica.

En estos 50 días de Pascua tengo que asimilar que tengo a alguien que se fía de mi. Que no desconfía de mi.

Cuando nos paramos y hacemos oración hay algo dentro de mi que quiere resucitar y que puede resucitar, no por mis fuerzas sino porque hay alguien que cree en mi, que confía en mi. Hay alguien que no me descarta incluso donde yo no acepto algo de mi.
A veces nos callamos ante los demás y ante nosotros porque queremos vivir en una utopía y los demás nos dicen que somos ingenuos, esto es lo que Jesús quiere resucitar. Nuestro impedimento, cuando decimos dejémoslo como está, no vale la pena, ya lo hemos intentado. Pero Jesús no se conforma y cree, y nos dice que si queremos Él nos ayuda.
Capilla Verbum Dei Casa Valencia Jesús nos llama por nuestro nombre, y nos dice que cree en nosotros, pero el impedimento está en nosotros. No está ni en nuestros problemas, nuestra familia, nuestra crisis, nuestro trabajo, el dinero ... No está en la situación. Está en que yo no quiero resucitar. Porque confundimos resucitar con que se solucionen nuestros problemas o con que se allane nuestro camino. 
Y tenemos que recordar que Jesús pasó por la muerte, y que no le allanaron el camino. Y sino no hay resurrección.
Jesús nos dice que está seguro que nosotros podemos, que le dejemos trabajar nuestro barro, que se lo entreguemos y dejemos que los demás se maravillen de las obras que se hacen en nosotros.
Que nosotros podamos decir: yo no quiero otros caminos que no sean los tuyos, yo no quiero atajos. Que podamos aceptar el misterio Pascual entero, no quedarnos solo con el victivismo o solo con la gloria, para no escuchar a nuestro yo que dice que ya no puedo más, a nuestras voces de no seguir. Pero esto supone una renuncia.

(Descargate el documento Renuncio)



La resurrección es un proceso, no es de un día para otro, es un camino, en el que tenemos que dar pequeños pasos, un día renunciamos a nuestro rencor y falta de perdón, otro día a la envidia, y esto nos posibilita resucitar un poco más día a día.
La resurrección no es el país de las maravillas, se puede vivir con problemas, el misterio Pascual no se puede separar, igual que en cada día tenemos muerte y resurrección, problemas y alegrías.