La devoción a María es muy importante porque es la experiencia de un pueblo que aclama a la Virgen, ya sea Virgen de los Desamparados, Pilar, Montserrat, Fuensanta, Rocío ... etc.
Pero lo importante es pasar de la devoción popular a la asimilación de la fe. Es decir, a mi relación con María, a mi relación con la madre de Jesús.
Cada año hacemos ofrendas, el paso de la Virgen. Pero, ¿esto lo asimilamos también personalmente?, ¿me hace más fiel a mi relación personal?, ¿me hace más fiel a los que me rodean?, ¿más fiel a mi pareja?
Cuando el Viernes Santo recibimos el don de la madre. Jn 19,27 “Ahí tienes a tu madre” Los discípulos también hicieron ese paso, la aceptan en su casa. Nosotros también podemos aceptarla en nuestra casa, como mi madre, y tener una relación familiar para acogerla como modelo.
Acoger a María como modelo de mujer. Ser mujer es un regalo de Dios, es tener algo que Dios nos ha regalado como una mayor sensibilidad.
Acoger a María como modelo para ser madre. Mirándola, ella nos puede enseñar tantas cosas de ser madre.
Acoger a María como discípula de Jesús.
Tenemos que bajar a María de los altares para que camine a nuestro lado porque María fue una mujer sencilla, que vivía en Nazaret, que cuido de Jesús cuando era niño, que cogía agua de la fuente. Que hacía tantas cosas como nosotras.
Dentro de la Biblia María habla poco pero hace mucho, es peregrina en la fe.
- Anunciación: Lc 1,34 “¿Y cómo será esto?”. María era hebrea, poco se valoraban a las mujeres, que María dijera esto no era normal. Lc 1,38 “Hágase en mi según tu Palabra” no sea la Palabra que yo quiero, según yo pienso, María mujer de fe, se fía. Reconoce que la Palabra tiene que ser verdadera.
- Magníficat: Lc 1, 45,56 “Proclama mi alma la grandeza del Señor ... ” Reconoce que Dios en ella ha hecho maravillas. El grande es Dios no ella. María acepta lo que es, un sencilla mujer de Galilea, lo que en ella hay es lo que Dios ha hecho, porque ella ha prestado su barro, su pequeñez y Dios ha hecho maravillas.
- Bodas de Caná: Jn 2,5 “Haced lo que Él os diga” El protagonismo lo lleva Jesús no María. María ha visto como Dios es capaz de transformar la tristeza en alegría.
- Parentescos: Hay un momento en que Jesús está tan rodeado de gente que María no lo puede ver. Lc 8, 19-21: “Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la Palabra y la viven”. Esto lo pudo decir Jesús porque sabía que María cumplía la Palabra y la acogía. Por la escucha de la Palabra María se vuelve madre. Nosotros también podemos escuchar la Palabra.
Me deslumbra a la vez que me inquieta esa predisposición de María ante Dios: "Hágase en mi según tu Palabra".
ResponderEliminarHan sido muchas las veces a lo largo de mi vida en que he pensado: " Señor, aparta de mi este cáliz". No puedo vivir con esto, no puede estar pasándome aquello, no estoy preparada para asumir tales cosas y así un sin fin de noes. Todas estas frases empiezan con un NO, tenemos mucho que aprender e imitar de María que es el SI por excelencia. La necesitamos a nuestro lado para que sea ejemplo en nuestra vida y así aprendamos a cambiar algunos noes por sies.