jueves, 7 de noviembre de 2013

Caminando en tu Palabra

Canción:  Señor, Quiero Caminar

Salmo 119,14 “Mi alegría es el camino de tu Palabra más que todas las riquezas

 Deseamos que sea la Palabra la que ilumine nuestra vida, que le dé un sentido a todo lo que hacemos. La importancia de orar con la Palabra nos hace entender que no es una Palabra muerta.
Antes del Vaticano II la Biblia para nosotros era un libro separado de nuestra vida, era un libro de historia que poco decía a nuestra vida. Ha sido un gran acierto del Vaticano II el devolvernos la Biblia, además, nos hizo entender que la Biblia sólo tiene sentido si es para toda la historia de la salvación, incluida nuestra vida, siendo luz en nuestra propia vida.
La vida necesita ir a buscar luz de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios carga nuestra vida de VIDA, nos ilumina, nos es referencia. En el Verbum Dei esto siempre ha estado presente. La Palabra, que es un Dios que me conoce, me da orientación de como vivir, no es una varita mágica que nos quita el problema o la preocupación pero sí nos ayuda a vivir las situaciones.

Salmo 119,9 “¿Cómo el joven vivirá tu camino? Observando tu Palabra.” Caminando en tu Palabra vamos teniendo la orientación que necesitamos. La Palabra tiene dinamismo, hay que vivirla, no solo saberla, hay que caminar en esta dinámica, la fe es vida, es una manera de estar, y esto es lo que debemos comunicar. La fe no es cumplir preceptos, es una forma de estar en la vida. Si yo voy el domingo a misa y lo que escucho no lo vivo, solo cumplo con el precepto. Por ejemplo si escuchamos en el evangelio  Lc 19,5 “Zaqueo baja que hoy me quiero quedar en tu casa.” Leerlo así: Señor, ¿hoy quieres venir conmigo?. Nos ayuda a caminar.
Señor mi camino contigo todo lo que he vivido mejor o peor, lo que he luchado mejor o peor, lo que he sufrido mejor o peor, tiene otra dimensión, tiene otro color si es contigo.
Porque Dios nos ama mucho, nos ama siempre, nos ama bien y nos ama porque nos conoce, tengo la certeza de que lo que me dice en su Palabra es por mi bien. Podemos estar seguro de que nada de lo que Jesús dice es para fastidiarnos, aunque a veces no lo entendamos, poder decir: yo no te entiendo aunque se que es por mi bien, por esta certeza te hago caso. Pidamos a Dios la experiencia de que su Palabra sea guía. Señor y si mínimamente entendiera que todo lo que me dices no es para hacerte un favor a ti, sino que es por mi bien.
Tenemos que hacer la experiencia de caminar y de dialogar, sino la Palabra de Dios es teórica. Hay cosas que si no se hacen no se entienden, y se entienden cuando se viven. Cuando vivamos la Palabra entenderemos que la Palabra ilumina.

Señor ayúdame a caminar contigo, que llegue un momento que tu Palabra sea mi guía, sea mi paz ...
En la medida que lo sentimos, que hacemos la experiencia de caminar y de dialogar, nos sentiremos menos solos. En la soledad estaremos acompañados. Si aprendiéramos a pasar del monólogo al diálogo, llegaría un momento que sería luz de mi vida, luz de mi oscuridad. La Palabra ya no está fuera de mi, está dentro de mi, carne de mi carne, llega un momento que no se puede separar, nos da fuerza para continuar.
La lectura orante de la Palabra de Dios, nos ayuda a hacer una vida orante.

El desafío de hoy: Señor enséñame a caminar contigo. Tu Palabra es luz para mis pasos, lámparas para mis pies. Porque la vida es camino, porque la fe es una manera de estar en la vida.
Preguntarnos: ¿Quién es mi camino?, ¿con quién camino?, ¿cómo camino?.  

Señor yo no se hacerlo pero enséñame a caminar.
 

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