jueves, 11 de abril de 2013

Creo en Ti, Jesús Resucitado porque Tú Crees en mí.

Después de algunas semanas hemos vuelto a tener una Escuela de Palabra con Magdalena:
Podemos vivir el misterio de la Pascua sin separarlo, paso a paso sabiendo que Jesús cree en ti, que no estás solo:

Col 3:  “Por tanto, si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra

La Pascua es un misterio que nos sobrepasa, la celebramos durante 50 días hasta Pentecostés porque necesitamos vivir la Resurrección poco a poco, paso a paso.

En el año de la Fe nosotros hemos celebrado la Pascua con el lema: Creo en ti. Benedicto XVI escribió la carta apostólica Porta de Fei porque está preocupado por la Fe de los que estamos dentro de la Iglesia, de los que decimos que tenemos Fe.

Creo en ti: yo creo en tu manera de vivir Señor, en tu manera de acoger, en tus razones para vivir y para morir. Yo quisiera creer en ti Señor pero ...
Pero Creo en ti también tiene otra dimensión que es la que nos descoloca: que sea Jesús el que nos diga personal o comunitariamente que yo sí que Creo en ti. Esta confianza en nosotros que ni nosotros mismos nos la tenemos, Jesús sí que la tiene. Escucharlo de alguien que nos conoce, y que conociéndonos es capaz de decírnoslo, nos desubica.

En estos 50 días de Pascua tengo que asimilar que tengo a alguien que se fía de mi. Que no desconfía de mi.

Cuando nos paramos y hacemos oración hay algo dentro de mi que quiere resucitar y que puede resucitar, no por mis fuerzas sino porque hay alguien que cree en mi, que confía en mi. Hay alguien que no me descarta incluso donde yo no acepto algo de mi.
A veces nos callamos ante los demás y ante nosotros porque queremos vivir en una utopía y los demás nos dicen que somos ingenuos, esto es lo que Jesús quiere resucitar. Nuestro impedimento, cuando decimos dejémoslo como está, no vale la pena, ya lo hemos intentado. Pero Jesús no se conforma y cree, y nos dice que si queremos Él nos ayuda.
Capilla Verbum Dei Casa Valencia Jesús nos llama por nuestro nombre, y nos dice que cree en nosotros, pero el impedimento está en nosotros. No está ni en nuestros problemas, nuestra familia, nuestra crisis, nuestro trabajo, el dinero ... No está en la situación. Está en que yo no quiero resucitar. Porque confundimos resucitar con que se solucionen nuestros problemas o con que se allane nuestro camino. 
Y tenemos que recordar que Jesús pasó por la muerte, y que no le allanaron el camino. Y sino no hay resurrección.
Jesús nos dice que está seguro que nosotros podemos, que le dejemos trabajar nuestro barro, que se lo entreguemos y dejemos que los demás se maravillen de las obras que se hacen en nosotros.
Que nosotros podamos decir: yo no quiero otros caminos que no sean los tuyos, yo no quiero atajos. Que podamos aceptar el misterio Pascual entero, no quedarnos solo con el victivismo o solo con la gloria, para no escuchar a nuestro yo que dice que ya no puedo más, a nuestras voces de no seguir. Pero esto supone una renuncia.

(Descargate el documento Renuncio)



La resurrección es un proceso, no es de un día para otro, es un camino, en el que tenemos que dar pequeños pasos, un día renunciamos a nuestro rencor y falta de perdón, otro día a la envidia, y esto nos posibilita resucitar un poco más día a día.
La resurrección no es el país de las maravillas, se puede vivir con problemas, el misterio Pascual no se puede separar, igual que en cada día tenemos muerte y resurrección, problemas y alegrías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario